Thursday, August 25, 2005

A Selene

(la primera vezque las escuché lloré, ¿porqué? no me quise contestar... ya olvidé la pregunta,
ahora son una herencia, pues escucho esas dos canciones interminables, pero hay más en esos discos solo que
El rescate y Carmen Jones son a las que mas quiero)

Afuera queda mi carne suspendida
afuera tan quieta cuando estoy contigo
historia de canto y de canciones
que en realidad están muy dentro de mí
tu, tu canto y tus canciones
tu que eres suave en la distancia y el silencio

Tu que no dices nada
pero ya no callas al sonar unos acordes
para hablar de una plaza de armas de un lugar cualquiera
y de cuando quisieron iluminarte las estrellas

Tu ayer, hoy de mañana
en las paredes, entre los hilos de la ropa
a través de las ventanas
sobre la mesa en el viaje a ninguna parte
en mi viaje hacia ti

El eXiLio

( y es que resulta que un dia te despiertas y no eres el mismo, no, algo cambió pero no sabes decir bien que fué, y no es la mamada de que yo ayer era una estrella y la noche me abandonó pero hay que verle el lado poético almalestar...)


Acuso a la noche apresurada
de escarbar un hueco en la memoria de mi cama,
hoy que desperté no vi la cabecera que de sueños estaba hecha
no conozco las sábanas sobre las que amaneció mi cuerpo

Ayer esto era un reino de abundancia,
de plantas frondosas y verdes que alzaban mis brazos
al crecer en cada minuto que el tiempo contaba,
ya no siento las gotas de rocío que descansaron en mi pecho
y que corrían en mortíferos cauces

Las estrellas en franca envidia me han robado,
se llevaron la cadencia con que se movieron mis manos
el soplo del aire que mecía tan amable mis cabellos,
se fue la oscuridad que tantas cosas me ha dejado ver

Desde este momento mis piernas se tornan lentas
mis ojos cristalinos se derraman en espera de aquella que me robó
y la espalda seca, encorvada se pregunta ¿dónde?
¿Dónde quedan las estrellas que la madrugada deja abandonadas?
desgraciada espalda mía
no ha comprendido que somos una de ellas…

Monday, August 22, 2005

fuí feliz

Cuando ví volar las aves a tan corta distancia de mi,
al ver la cara del pescador que dirigía su mirada a la mia y parecía que eramos amigos desde hace mucho tiempo.
Cuando sentí calor en mi pecho, al caminar por calles que no importó como se llamaban.
Al estar en casa de Mariano el viajero, contemplar sus arrugas y la dureza de sus ojos, fumar un cigarro con él y tomarme el café que preparó con sumo cuidado.
Fuí feliz cuando platiqué con Jorge de quien me enamoré años atrás sin darme cuenta, y estar sentados y no sentir más que cariño tan intangible.
Fuí feliz buscando, aún en lo incierto
Fuí feliz sabiendo que podía regresar