Adentro

¿Acaso es cierto que te quiero?
gritan los mas profundos centinelas de mi mente...
llamo a que contesten todos ellos
reconozco la sangre que musita:


Quiero escribir un poema
de mil letras para cubrirte el cuerpo entero
pintarlas en color rojo apasionado
que se confundan con tu sangre
y dibujar sus formas en las tuyas

Juntar las nubes en mis manos
acariciarte con ellas
para anunciar que estoy enamorada,
se te notará en la piel
la gente lo podrá leer con ojos incrédulos
al ver amor escrito en los cauces de tu templo

Escribirte una canción
para que la aprendan todos,
¡que canten!¡ que canten!
y coreen que el pensamiento
se me agota en planas de ti

Hacer nacer un árbol
de hojas que sean caricias nuevas
inagotables, imposibles de arrancar
negadas a decir adios.

Chabacano...

Salí del vagón, corriendo como todos, me apresuré a tomar camino viendo de reojo los letreros que distinguen las diferentes estaciones, de repente su cuerpo me alcanzó envuelto en un vestido rosa y con voz dulce me preguntó: ¿Es este el camino que va a Tasqueña?, yo le dije que si, que nos acompañáramos, y así lo hicimos en el trayecto me conversó sobre lo tarde que era ya, la cita del médico debía estar comenzando, pero todo por ir a ver lo de la luz, y un descuento que me iban a hacer, ¿y tan siquiera le hicieron el descuento? No que va... aquí nos separamos, que le vaya bien, sonrió y me dio las gracias, desde ahí vi como se alejaba con su vestido rosa bailarín de aquí para allá, y yo, yo preguntándome si esa anciana llegaría bien a su destino, deseando ir hacia Tasqueña tomé diferente dirección...

El día es mejor cuando llega la noche...

Las ganas cesan y en la espalda se siente el sudor que recorre lenta, muy lentamente la forma de nuestro cuerpo, en la noche el paso de los trenes anuncia viento que no es nuevo pero resulta refrescante, mientras los ojos de la gente caen pesados sobre ti, los autobuses llenos de personas que van de regreso a punto de bajarse del salvaje carrusel...