Friday, July 29, 2011

a los trece

así como la película...
Marco me comentó que había un ejercicio en el que uno se escribía una carta a uno mismo pero a la edad de 17, me quedé pensando y dije que lo haría, me escribiría pero no a los 17, si no a los 13 yo pensé que a esa edad lo necesitaba, quizá porque las mujeres maduramos más rápido y en ese tiempo era cuando yo realmente necesitaba que alguien me dijera algo...
Fue una carta breve pero muy precisa, cada palabra era como una pieza de rompecabezas que se iba acomodando en mi alma. Conforme fui escribiendo mis ojos comenzaron a humedecerse y al terminar lloré sentidamente. Toqué esa parte medular intacta que todos los seres humanos tenemos archivada en algún lugar del cerebro, tan pocas palabras y tanto sentimiento guardado, aún en este momento vuelvo a tragar saliva pesadamente.

Fue catártico, esa noche dormí profundamente y en el transcurso del día siguiente me sentí diferente, efectivamente las palabras son magia.

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