Thursday, December 29, 2005

Se tragó la tristeza…

¿Qué me cuantas? pregunté
y después de un largo silencio, dijo:
Candita murió…
(no lloré cuando me lo contó)

Era un perra dálmata, había engordado todo porque no hacía ejercicio
a pesar de tener un patio amplio no corría y menos a ultimas pues tenía serios problemas con la otra perra, una rod willer llamada cofee

Mi papá fue cruel sin querer pues hizo de los últimos años de vida de Candy
una masacre, no era justo tener dos perras de razas e instintos tan diferentes juntas

-a ver que metan don Fer en un cuarto con un oso- (fer es mi papá)
me dijo un día Alba…tenía razón.

Muchas veces lo regañé y le dije que no estaría contento hasta que ella muriera

-tu papá debería ver Amores perros-
me dijo un día Cristina, tenía razón…
una tarde le puse dicha película a mi papá y se quedó muy pensativo. Al poco tiempo hizo una jaula en donde por turnos las metía y sacaba según la ocasión, demasiado tarde Candy ya llevaba muchas costuras en su gordo cuerpo, al grado que yo ya no la llamaba Candy si no Sally haciendo alusión a aquel personaje novia de Jack que se cose y se descose.

Hace poco enfermó…y mi papá nos engañó pues al preguntarle como estaba dijo que estaba bien, no dijo más.
Hoy que me encontraba sola con él me lo contó a detalle, desde que enfermó hasta los dos días de agonía, con pelos y señales, yo solo hice una mueca como figurando una sonrisa

-¿Y lloraste?- le pregunté
-Cuando la enterré- contestó
-Se lo cuentas a tu hermano y a tu mamá cuando me haya ido- remató
Un motivo más para llorar a solas hasta contárselos…

Todavía en la cena de navidad hablamos de las perras de sus gracias
vimos sus fotos, hoy caí en la cuenta que mi papá se tragó su tristeza una vez más…

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